17 sept 2015

Conversación de una tarde de lluvia y agonía.

-Ostras tío ¿te has enterado? -Me preguntó Fernan.

+¿De qué me tenia que enterar? -Le respondí.

-De que Luis y Ana lo han dejado definitivamente.-

+Ah, vaya... ¿y que pasa?-

-Pues que es muy fuerte ¿no?-

+Uhm... supongo.  Eran una buena pareja.- Intenté sonreír amablemente de lado mientras liaba mi cigarro, pero me salió una triste mueca forzada.

Fernan miró pensativo como me estaba liando el cigarro.
-¿Y que hay de ti?-

+¿Cómo que qué hay de mi?-

-Si has decidido algo ya... No puedes esperar toda la vida para elegir.-

+Lo sé. Es difícil elegir lo que la cabeza cree que es correcto, cuando el corazón te grita todo lo contrario.-

-Debes de sentirte fatal.-

Suspiré.

+¿Fatal? Fatal es poco, vivo con el estómago en la puta garganta cada día por no saber que rumbo tomar. -
Encendí el cigarro y aspiré el humo profundamente con la esperanza de que la nicotina calmara la ansiedad que me apareció con la conversación.

-Ya.-
Fernan miró hacia la ventana donde sólo se podían ver las gotas colisionando contra el cristal de la misma. Llovía fuertemente.

-Es por Ana ¿verdad? -Preguntó seriamente clavando su mirada en mi de repente.

+¿Cómo va a ser por Ana? -
Dije alzando la mirada al techo intentando guardar la calma mientras seguía dándole profundas caladas al cigarro. Este tema era mi agonía.

-¿Me estas tomando el pelo? Sabes muy bien a lo que me refiero. Sabes perfectamente que desde hace años estas enamo...-

Los nervios pudieron conmigo y de repente sin apartar la mirada de aquel blanco techo grité a pleno pulmón y sin dejarle acabar la dichosa frase: 
+PARA YA, JODER. ¿Y QUÉ SI ES POR ELLA CAPULLO? ¿CAMBIARÍA ALGO MI VIDA?.-

Me miró impactado. No se esperaba aquella brusca reacción por mi parte. A veces uno no aguanta que le recuerden tanto dolor.
-Lo siento tío no era mi intención, siento entrometerme...-

Inspiré todo el aire que pudo caber en mis pulmones y tras una pequeña pausa lo exhalé intentando calmarme.
+Ella no es para mí. Nunca lo fue y nunca lo será. -Dije mientras seguía mirando al techo de la habitación ahora, más tranquilamente.

-Entonces... ¿Qué harás?-

+Seguir buscando la manera de sacarla de mi mente. Aunque a estas alturas quizás sea mejor que guarde todo en un cajón en algún lugar dentro de mi.-

-Son demasiados años aguantando ya, tío.-
+Son tantos que ya ni lo puedo olvidar, se ha convertido en parte de mi. Y es inevitable, que cada vez que la vea, vuelva a caer y vuelva a surgir todo. Ha pasado ya y pasará continuamente. Esté lejos de ella o no.-

Se hizo el silencio.
Terminé mi cigarro y lo tiré en el cenicero. Después, me pase las manos por la cara intentando evadir mi mente. Pero fue un intento en vano.

-Debería irme, -dijo- es tarde ya. Mañana si quieres nos vemos tío. Y no te rayes mucho. - Me dijo Fernan mientras me daba un apretón en el hombro. 
-Si necesitas hablar, ya sabes. Y siento lo de antes.-
Seguidamente se fue a su casa.

Y yo, como todos los días, me metí en la cama, me tapé completamente con las sábanas y dejé que se hiciera otro día. Un mismo día. Un día igual al anterior... 

Pensando en ella, pensando en mi, pensando en mi vida, pensando en todo... 
Con mis demonios... los demonios que arrastro y los que me arrastrarán completamente a mi.


+"Mañana no será otro día, mañana será un día igual al resto".- Y con ese último pensamiento en mi cabeza, al final, me dormí.




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