No es fácil admitir una derrota, ni
tampoco enmendar un error. Pero sin embargo, cometerlos es de una
simplicidad increíble.
Somos personas y cometemos errores ya
que, como dicen por ahí, no somos perfectos. Pero hay errores que no
se podrán solucionar por mucho que se intente, por que hay momentos
en la vida en los que son “ahora o nunca”.
Permítete siempre el poder cometer
errores, pero errores por haber intentado conseguir lo que quieres,
no de esos errores que cometes al no haber hecho nada por alcanzar tu
meta y luego arrepentirte de por vida de ello. Por que claramente,
hay oportunidades que solo se tienen una vez en la vida.
Ya te lo habrán dicho alguna vez, y
tú, cual adolescente en plena etapa hormonal probablemente harías
caso omiso, e incluso quizás estarías perdido en un mundo demasiado
grande para ti.
¿Qué hago aquí?¿Qué quiero
hacer?¿Para que estoy hecho?¿Y si no doy la talla?¿Y si fallo?¿Qué
esperan de mi?¿Es lo que quiero hacer?
Y tú, esa personita perdida, sin saber
qué hacer, sin saber a dónde ir, sin alguien que te ayude a
construir tu camino, tú... evolucionarás, por que eres fuerte y no te
rindes, o al menos lo intentarás. No pararás de seguir adelante
aunque te caigas y tropieces. No pararás de probar camino tras
camino, hasta averiguar cual es el que te pertenece, cual de todos es
con el que estás predestinado. Aunque pases toda tu vida
intentándolo sin obtener resultado.
Siempre intentarás buscar cualquier
manera de llenar el vacío que los errores cometidos dejaron en tu
interior. Y aunque sabes que la probabilidad de que eso ocurra es
bastante baja, seguirás intentándolo, aunque ya no puedas
solucionar los errores en si, aunque ya no haya marcha atrás y no
puedas armarte de valor y elegir aquellas opciones que te dieron
tanto miedo antaño y que, se quiera o no, también te aterran en el
presente ¿y por qué no? En el futuro también...
Hay 4 cosas con las que puedes acabar
contigo mismo en un instante, el no intentar alcanzar tus sueños por
miedo y rendirte, el fallar a tus propias promesas, el ser débil con
las cosas que sabes que te hacen daño y sobre todo el no creer en ti
lo suficiente como para saber ,que si realmente lo quieres, podrás
hacerlo por que encontrarás la manera de conseguirlo, antes o
después.
Tienes dos opciones, puedes coger el
camino más fácil y seguir buscando sin cesar con la probabilidad de
que no encuentres nunca nada que te llene, o puedes coger el difícil,
el complicado, la cuesta totalmente inclinada hacia arriba, vencer
tus miedos, y volver a encontrar la oportunidad de conseguir lo que
quieres.
La elección querido amigo, está en
tus manos.