20 ene 2016

Permitidme un día triste, o dos, o los que hagan falta.

Permitidme un día triste, o dos, o los que hagan falta.

Permitidme joder, ser un poco humana. 
Porque hasta las rocas más duras también se rompen.
Porque aprender a vivir no es fácil (y lo saben).
Porque algunos días es muy difícil mirar al mundo con otros ojos...

Permitidme un día triste, o dos, o los que hagan falta. 
Porque os aseguro que sólo me hundo para coger impulso y saltar más alto.
Porque os prometo que únicamente voy hacia atrás para tomar carrerilla.
Porque es cierto que para estar continuamente arriba, a veces, también hay que estar un tiempo abajo.

Así que permitidme joder, ser un poco humana... y tener un día triste, o dos, o los que hagan falta.

Atte. Sandra

10 ene 2016

Eres demasiado noche...


A veces, la mejor poesía es la música.

Y es que me fascinan esas canciones, que te hacen sentir. 

Que te trasladan a otros mundos y otras épocas sin necesidad de moverte del asiento, algo así como cuando lees un libro.

Esas canciones que hacen viajar a tu interior. Que hacen que tu mente vuele lo más alto que pueda llegar, que inspiran, que enamoran...

Me encantan esas canciones que al escucharlas, te evaden tanto, que parece que no pasa el tiempo y que, cuando acaban, hacen que eches de menos caminar sobre las nubes.

Adoro ese tipo de canciones. Aquellas que incluso sin letra, te ayudan a sentirte bien contigo mismo y con el resto del mundo.

Atte. Sandra


3 ene 2016

Maestro en el Arte de Vivir

“El Maestro en el Arte de Vivir

apenas distingue entre

sus obligaciones y sus aficiones,

su trabajo y su ocio,

su mente y su cuerpo,

su educación y su recreo,

su amor y su religión.

Él simplemente persigue su visión de la excelencia

en todo aquello que hace,

dejando a los demás que decidan

si está trabajando o jugando.

Para él, siempre está haciendo ambas cosas.”