18 may 2015

A MEDIAS: ¡NARANJAS!

No me sirve gris, me gusta blanco o negro. 
Doy tanto como espero: Todo o nada.
De mi estatura aprendí que es lo único pequeño con lo cuál debo conformarme.
No nací "Común y Corriente" y no sirvo para ser sencilla.
Pediré tanto como pueda dar, pero no exigiré nada.
Si algo no me sirve, lo boto, si un amor no me llena, lo derramo y si a

un novio le gusta otra, lo regalo.

Seguiré enamorándome de todos y a la vez de ninguno, así lo encuentre o se me pasen los años.
Me quedo con mi lógica cincuentera del amor, porque es de eso que soy testigo.
No me sirven las relaciones casuales ni la palabra de hombres a los que en lugar de hombría, sólo les quedan hormonas.

No importa a cúantos tenga que enseñarle el verdadero significado de corresponder. No esperaré que me quieran porque si, pero no aceptaré las dudas ni los peros.
Me haré querer como soy, sin esfuerzos de ningún tipo.

Al final, no importa que el de ahora sea un galán de película como el que yo siempre quise, que el otro no dude tan fácil de lo mucho que ella le gusta y que el último no cambie una margarita por un ramo de rosas. No importa, porque lo más importante, es no haberme conformado con sus escalas de grises, haber tenido los cucos puestos para sostener un NO, sencillamente porque me merezco lo mejor.

Me gusta que me endulcen el oído, quiero que me quieras de una forma insoportable, de manera loca. Que me beses lento, que me creas incomparable, que me cuentes lo que quieras, que le coquetees a todas en mi cara, para que sepan que así les digas cosas bonitas, sólo conmigo se te para. Que robes por mi, vivas por mi y que mates por los dos.

"Uno acepta el amor  que cree merecer".

-"The perks of Being a Wallflower" del director Stephen Chbosky.

11 may 2015

Claro que la soledad no viene sola...


Hay diez centímetros de silencio 
entre tus manos y mis manos,
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos...
claro que la soledad no viene sola.

Mario Benedetti.



10 may 2015

Guardo en mis ojos tu última mirada.

Hace tiempo que añoro oír tu voz. Cuando susurrabas en mi oído aquellas dulces palabras que me envolvían y me hacían sentir como un flan. 
Me derretía, me ponía la carne de gallina...

Echo de menos tu aroma embriagador que radiaba tranquilidad y paz.
Y tu mirada... Añoro ese par de ojos marrón intenso que se clavaban en mi, cuando pasaba por tu lado o cuando te hablaba.

Han pasado ya días, semanas, meses y sigo sin aceptar tu ida, sin poder vivir sin ti. 
Paso las horas contigo en mi mente, como si nunca te hubieras marchado, como si siempre estuvieras aquí. Quizás por miedo a borrarte de mis pensamientos o por miedo a no saber como asumir tu ausencia... Quizás mi mente aún tiene la esperanza de que si no te olvido, tu tampoco lo harás y que con toda seguridad, nos volveremos a ver... algún día.

Desde tu ausencia, los días se volvieron monótonos, grises, automáticos. Como si todo ya estuviera programado, como si yo fuera un robot cuya principal función es ir del trabajo a casa y de casa al trabajo, sin que nada más importe. Sin motivación alguna a levantarme de la cama pero aún así haciéndolo cada día a la misma hora. 

Aún espero esa llamada ¿Recuerdas? Aquella llamada que me prometiste para saber al menos como me encontraba, para saber que te preocupabas por mí.

A pesar de todo aquí me hallo, sin ilusión alguna en mi vida, pero con la esperanza de volverte a ver, de que nuestros caminos se vuelvan a cruzar. Y que cuando estemos uno en frente del otro,  me agarres intensamente con tus suaves manos y me abraces tan fuertemente que parezca como si nunca te hubieras ido, que sea capaz de sentir aquella calma que acallaba a mis demonios.

No estoy segura de si quiero deshacerme de ti y de tu recuerdo, por que cuando me siento sola, es lo único que me hace compañía y lo que me reconforta cuando me pierdo. Lo que me hace sonreír cuando te echo de menos. 

Por que aunque sea una idiota por seguir pensando en ti, te sigo echando de menos. 


4 may 2015

Your skin

No consigo imaginar una vida sin poder tocarte.

Probablemente el no poder sentirte a traves de mis manos me volveria histerico.
Tu piel, suave y delicada como la brisa, de ese color blanco sinonimo de pureza y calida como un dia de sol primaveral.


Esa dulce piel que cuando deslizo mis dedos sobre ella, se va erizando tras ellos tan graciosamente.
Y es tan hermosa y tan acogedora que cuando la acaricio, me transmite la tranquilidad que necesito.
La que me hace feliz dia a dia cada vez que la recuerdo...


Es lo unico que necesito, tu piel.
Tu piel que en esencia eres tu. Todo tu ser, por que tu eres igual que ella, suave y delicada, calida y acogedora, bella.

Se que soy un loco enamorado. Enamorado de ti, de ella.
Y hasta el dia de hoy se, que estaria perdido, que enloqueceria si no te tuviera, si no la tuviera.


Por eso, 
ni quiero,
ni consigo 
imaginar una vida 
sin poder tocarte...