
-¿De qué?
-De que no soy quien creía ser.
-¿Quién creías ser?
-Creía ser la clase de persona que no le necesitaba.
-¿Le necesitas?
-Si...
-¡Pero si no le querías!
-Siempre le quise.
-Entonces... ¿Que vas a hacer?
-Esperar.
-¿A qué?
-A que llegue. Y cuando esté frente a él le besaré con todas mis fuerzas sintiéndome así tan invencible como se siente él cuando está navegando por los inmensos océanos azules.
Lo tengo decidido. Lo haré.
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